
Melanie Reising
El amigo íntegro
El cuento Tradicional y el Cuento Moderno
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Señala en el cuento "El amigo íntegro" (marca en el texto) :
- Relato Marco
- Estructura Dialogada
- Sistema Asociativo
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Disciplina Clericalis
El tratado Disciplina clericalis es una de las colecciones de relatos moralizantes medievales más importantes. Los relatos están diseñados para entretener, instruir y orientar la vida. Incluyen proverbios, versos, fábulas y anécdotas tomadas de las tradiciones judías, árabes y de los clásicos griegos. El texto fue muy conocido en toda la Edad Media y traducido desde su versión original latina al francés, gascón, italiano, castellano e inglés, llegando su influencia hasta la lejana Islandia. Sobrevive hoy en 76 manuscritos latinos medievales.
La obra consta de 34 relatos estructurados en diálogos entre maestros o padres y discípulos e hijos, cuyo principal objetivo es trasmitir la sabiduría práctica de la vida. Pedro Alfonso echa mano de su vasto conocimiento de fuentes orientales. El mismo relata de esta manera el método de composición y los recursos que tuvo a mano:
Ejemplo II: el amigo íntegro
Me han contado la historia de dos mercaderes; uno vivía en Egipto el otro en Bagdad; sólo se conocían de oídas y por medio de sus negocios; cuando era necesario se comunicaban por carta. Sucedió que el que habitaba en Bagdad debió ir a Egipto para realizar ciertos negocios. El egipcio, cuando supo de su venida, corrió a su encuentro y lo recibió con alegría en su casa; le ofreció su ayuda en todo, como se acostumbra entre amigos y durante ocho días le presentó toda la clase de los cantos que se podían oír en su casa. Al cabo de esos ocho días el huésped se enfermó.
El dueño de casa, muy afectado por lo que le pasaba a su amigo, hizo venir a todos los médicos de Egipto para que lo examinaran. Los médicos, después de haberle tomado el pulso, examinaron varias veces su orina, y no le encontraron ninguna enfermedad. Y como no le habían encontrado ninguna enfermedad física, supieron que se trataba de una pasión amorosa. Habiéndose enterado de eso, el dueño fue a verlo y le preguntó si había en su casa una mujer de la que se había enamorado. El enfermo le dijo: preséntame todas las mujeres de tu casa, y si por casualidad la descubro entre ellas, te la mostraré. Habiendo escuchado eso, el egipcio le presentó las cantantes y las sirvientas, pero ninguna le gustó. Después de eso le mostró todas sus hijas; pero a éstas también como las precedentes las rechazó totalmente y las descuidó. El dueño tenía también en su casa una joven noble que venía educando desde hacía tiempo para hacerla su esposa. Se la mostró también. El enfermo después de haberla mirado, dijo: Es de ella que viene mi muerte, y en ella está mi vida. Habiendo escuchado eso, el dueño le dio esta joven noble para que la desposara, con todos los bienes que iba a recibir con ella. Además, le dio lo que le hubiera dado a la joven si la hubiera tomado como esposa. Entonces el enfermo tomó la esposa y todo lo que había recibido con ella, y luego, después de haber arreglado todos sus asuntos, volvió a su país.
Algún tiempo después, el Egipcio perdió todos sus bienes por toda clase de desgracias, y convertido en pobre, se dijo que iría a Bagdad a lo del amigo que tenía allá, para que se compadeciera de él. Desnudo y hambriento emprendió camino y llegó a Bagdad, en el silencio de la noche. Pero tuvo vergüenza de presentarse en la casa de su amigo, desconocido y a semejante hora temió que lo echaran. Entró pues a un viejo templo para pasar la noche. Y allí, mientras que angustiado le daban vuelta en la cabeza toda clase de pensamientos, vio en la ciudad, cerca del templo, dos hombres, y uno mató al otro y se escapó subrepticiamente. Acudieron corriendo muchos de la ciudad por el ruido, y encontraron al muerto; buscando a quién pudo haber cometido el asesinato, entraron al templo con la esperanza de encontrar allí al asesino.
Pero al Egipcio es a quien encontraron y le preguntaron quién había matado al hombre y de su boca aprendieron que era él mismo, él deseaba dar fin a su pobreza con su muerte. Lo arrestaron entonces y lo metieron en prisión. La mañana siguiente lo condujeron ante los jueces: condenado a muerte fue llevado para ser crucificado. Como de costumbre acudió mucha gente, entre los que se encontraba el amigo por el que había venido a Bagdad. Mirándolo con mucha atención, éste reconoció al amigo que había dejado en Egipto. Recordando entonces todas las bondades que había obtenido de él en Egipto y pensando que si moría su amigo, no podría correspondérselas, decidió asumir la muerte en su lugar. Con una voz fuerte gritó entonces: ¿Por qué condenan ustedes a un inocente, y adónde lo llevan? El no ha merecido la muerte; soy yo quien ha matado al hombre. Entonces la gente del país lo detuvieron, lo ataron y lo llevaron con ellos a la cruz y anularon la pena de muerte del otro.
Pero el asesino caminaba en medio de este grupo y se dijo: Soy yo quien ha matado y ese otro es condenado. Ese inocente es librado al suplicio mientras que yo, el culpable estoy en libertad. ¿Cuál es la razón de esta injusticia? No conozco ninguna otra que un permiso de Dios. Pero Dios, juez justo, no deja ningún crimen sin castigo. Por miedo a que más tarde me castigue más severamente, voy a presentarme como culpable de este crimen: así salvándolos de la muerte expiaré el pecado que he cometido. Se abalanzó entonces delante del peligro diciendo: Heme aquí, soy yo quien ha hecho eso, suelten a ese inocente. Los jueces, asombrados lo hicieron encadenar, después de librar al otro de la muerte. Entonces, inseguros de su propio juicio, lo condujeron delante del rey, junto con el que habían liberado, y después de haberle contado los detalles, lo llevaron también a él a dudar. Luego, de acuerdo con su Consejo, el rey les perdonó todos los cargos que habían acumulado contra ellos, con la condición, sin embargo, que expusieran las razones por las que esos cargos pesaban sobre ellos. Entonces los acusados le relataron la verdad. Todos fueron absueltos por unanimidad, y el habitante del país que había decidido morir por su amigo lo llevó a su casa; después de haberlo recibido según las costumbres le dijo: Si consientes vivir conmigo, todo será compartido por nosotros en forma conveniente; pero si quieres volver a tu patria, vamos a dividir en partes iguales lo que poseo. Entonces éste, que amaba la dulzura del sol natal, aceptó los bienes que el otro le había propuesto y volvió a casa.
Después de este relato el hijo dijo a su padre: ¡Qué difícil sería encontrar semejante amigo!
Otro filósofo dijo a propósito de amigos aún no puestos a prueba: Cuídate una vez de tus enemigos y mil veces de tus amigos, pues puede darse que un amigo se convierta en un enemigo: podrá entonces lograr tu perdición más fácilmente.
Otro filósofo dijo también: desconfía del consejo dado por aquel a quién tú se lo pides, a menos que éste no sea a tu parecer de una fidelidad comprobada.
Y otro filósofo: mientras que puedas, da a tu amigo consejos con miras al bien, aún si no quiere creerte. Es justo, en efecto, que le des buenos consejos, aún si como un insensato él no siga tu justo consejo.
Y otro: no reveles tus decisiones a todo el mundo: el que guarda su decisión en su corazón, guarda la posibilidad de elegir mejor.
Otro: una decisión escondida permanece de alguna manera encerrada en ti, pero cuando es revelada, es ella la que te tiene encadenado en su prisión.
Otro: No te asocies a tus enemigos cuando puedes encontrar otros aliados: pues el mal que habrás hecho, ellos lo denunciarán; en cuanto al bien, ellos no lo mencionarán.
Un poeta ha dicho: una de las más pesadas desgracias para un hombre libre en este mundo, es verse necesitado de llamar a un enemigo para que lo ayude.
Alguien preguntó a un Árabe: ¿Cuál es la mayor desgracia que te ha acontecido en este mundo?
El Árabe: que la necesidad me haya forzado a encontrar un enemigo para que me otorgara lo que yo quería.
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El amigo íntegro
El comerciante y el Efrit
El Cuento Tradicional
Actividad:
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1. Lee con atención el siguiente texto.
2. Señala los conceptos y palabras clave para organizarlos posteriormente en un mapa conceptual.
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El origen del cuento
Se generaron diferentes teorías para deducir de donde provienen:
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Teoría Monogenista: propuesta por Wilhelm Grimm, postula que los relatos son herencia de un pasado común, proveniente de mitos. Otros creen que proveen de la India
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Teoría Poligenista: plantea que los cuentos son originarios de una época primitiva, ya que algunos pueblos con culturas semejantes crearon narraciones similares. Pero estas variantes, en su tradición oral, sus derivaciones no son fieles copias, sino un resumen.
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Teoría Vladimir Propp: sostiene que las fuentes del relato están en la realidad histórica. Los relatos son marcados por una determinada política económica dejando una huella de formas de la vida social y cultural. Llega un momento en el que esto deja de tener importancia y gracias a ello el cuento pierde su sentido original. De igual manera, el cuento no se agota con sus representaciones ficcionales basadas en lo real, sin que a su vez recrea imágenes que no se remontan a la realidad.
La tradición de un Cuento
Aunque estos provinieran de un mito, ritual, etc. Siempre poseía un creador concreto o personal. Este ofrecía su relato a una auditoria, los cuales al sentirse identificado con la temática abordada, lo adoptaba como propio y lo transfería al resto. Pero debido al esto, se tomaba más hincapié en determinada acción o personaje o dialogo y se añadían o suprimían episodios y de esta forma perdió su condición individual y pasaba a ser patrimonio del pueblo.
Características del cuento tradicional
Fue una creación literaria relativamente breve, de carácter narrativo y autor anónimo, que refiere acontecimientos ficticios. Pero al pertenecer a la tradición oral, perdura a través de variantes. Cada vez que se lo relata, ya sea, oral o escrita se produce una versión diferente, y otra diferente a la anterior.


Schahrazada dijo: “He llegado a saber, ¡oh rey, afortunado! que hubo un mercader entre los mercaderes, dueño de numerosas riquezas y de negocios comerciales en todos los países. Un día montó a caballo y salió para ciertas comarcas a las cuales le llamaban sus negocios. Como el calor era sofocante, se sentó debajo de un árbol, y echando mano al saco de provisiones, sacó unos dátiles, y cuando los hubo comido tiró a lo lejos los huesos. Pero de pronto se le apareció un efrit de enorme estatura que, blandiendo una espada, llegó hasta el mercader y le dijo: “Levántate para que yo te mate como has matado a mi hijo.” El mercader repuso: “Pero ¿cómo he matado yo a tu hijo?” Y contestó el efrit: “Al arrojar los huesos, dieron en el pecho a mi hilo y lo mataron.” Entonces dijo el mercader: “Considera ¡oh gran efrit! que no puedo mentir, siendo, como soy, un creyente. Tengo muchas riquezas, tengo hijos y esposa, y además guardo en mi casa depósitos que me confiaron. Permiteme volver para repartir lo de cada uno, y te vendré a buscar en cuanto lo haga. Tienes mi promesa y mi juramento de que volveré en seguida a tu lado. Y tú entonces harás de mí lo que quieras. Alah es fiador de mis palabras.” El efrit, teniendo confianza en él, dejó partir al mercader. Y el mercader volvió a su tierra, arregló sus asuntos, y dio a cada cual lo que le correspondía.
Después contó a su mujer y a sus hijos lo que le había ocurrido, y se echaron todos a llorar: los parientes, las mujeres, los hijos. Después el mercader hizo testamento y estuvo coa su familia hasta el fin del año. Al llegar este término se resolvió a partir, y tomando su sudario bajo el brazo, dijo adiós a sus parientes y vecinos y se fue muy contra su gusto. Los suyos se lamentaban, dando grandes gritos de dolor. En cuanto al mercader, siguió su camino hasta que llegó al jardín en cuestión, y el día en que llegó era el primer día del año nuevo. Y mientras estaba sentado, llorando su desgracia, he aquí que un jeique se dirigió hacia él, llevando una gacela encadenada. Saludó al mercader, le deseó una vida próspera, y le dijo: “¿Por qué razón estás parado y solo en este lugar tan frecuentado por los efrits?” Entonces le contó el mercader lo que le había ocurrido con el efrit y la causa de haberse detenido en aquel sitio. Y el jeique dueño de la gacela se asombró grandemente, y dijo: “¡Por Alah! ¡oh hermano! tu fe es una gran fe, y tu historia es tan prodigiosa, que si se escribiera con una aguja en el ángulo interior de un ojo, sería motivo de reflexión para el que sabe reflexionar respetuosamente.”
Después, sentándose a su lado, prosiguió: “¡Por Alah! ¡oh mi hermano! no te dejaré hasta que veamos lo que te ocurre con el efrit.” Y allí se quedó, efectivamente, conversando con él, y hasta pudo ayudarle cuando se desmayó de terror, presa de una aflicción muy honda y de crueles pensamientos. Seguía allí el dueño de la gacela, cuando llegó un segundo jeique, que se dirigió a ellos con dos lebreles negros. Se acercó, les deseó la paz y les preguntó la causa de haberse parado en aquel lugar frecuentado por los efrits. Entonces ellos le refirieron la historia desde el principio hasta el fin. Y apenas se había sentado, cuando un tercer jeique se dirigió hacia ellos, llevando una mula de color de estornino. Les deseó la paz y les preguntó por qué estaban sentados en aquel sitio. Y los otros le contaron la historia desde el principio hasta el fin. Pero no es de ninguna utilidad el repetirla. A todo esto, se levantó un violento torbellino de polvo en el centro de aquella pradera. Descargó una tormenta, se disipó después el polvo y apareció el efrit con un alfanje muy afilado en una mano y brotándole chispas de los ojos. Se acercó al grupo, y dijo cogiendo al mercader: “Ven para que yo te mate como mataste a aquel hijo mío, que era el aliento de mi vida y el fuego de mi corazón.”
Entonces se echó a llorar el mercader, y los tres jeiques empezaron también a llorar, a. gemir y a suspirar. Pero el primero de ellos, el dueño de la gacela, acabó por tomar ánimos, y besando la mano del efrit, le dijo: “¡Oh efrit, jefe de los efrits y de su corona! Si te cuento lo que me ocurrió con esta gacela y te maravilla mi historia, ¿me recompensarás con el tercio de la sangre de este mercader?” Y el éfrit dijo: “Verdaderamente que sí, venerable jeique. Si me cuentas la historia y yo la encuentro extraordinaria, te concederé el tercio de esa sangre.”
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Señala en el cuento:
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- Relato Marco
- Estructura Dialogada
- Sistema Asociativo
Las Fábulas
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Las fábulas son narraciones breves protagonizadas, por lo general, por animales. Podemos distinguir en su estructura tres elementos, el segundo elemento puede o no estar presente:
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La narración propiamente dicha,
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El diálogo entre personajes
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La moraleja.
Tu tarea consiste en:
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Buscar quiénes han sido los grandes compiladores de fábulas y en qué época se ha llevado a cabo esta labor.
Los grandes compiladores de fábulas fueron:
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Esopo Época: desde 651 A.C.
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Felix María Samaniego Época: desde 1755
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Jean de la Fontaine Época: desde 1621
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Seleccionar tres fábulas con moraleja que te gusten o te transmitan alguna enseñanza para la vida; dos de ellas deben tener, exclusivamente, personajes animales y en una debe aparecer un personaje humano.
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El Cocodrilo Mentiroso.
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Dos pajaritos conversaban siempre en la cima de un árbol, de todo lo que ocurría a su alrededor. Estos pajaritos estaban acostumbrados a ver y escuchar los engaños que hacía un cocodrilo que vivía al borde del río, el cual lloraba desconsoladamente con un pañuelo en la boca,para pedir ayuda a otros animales que una vez que estaban cerca se los devoraba. Es así que una tarde los pajaritos vieron que unos patitos se acercaban al cocodrilo para brindarle ayuda.
- Pobres patitos incautos que van a ayudar a este cocodrilo mentiroso sin saber sus verdaderas intenciones y que acabarán como comida del malvado cocodrilo. Una vez más el cocodrilo se ha valido de sus tretas para devorarlos sin piedad. Dijeron los pajaritos.
Y sucedió lo previsto los patitos cayeron en la trampa del cocodrilo y al momento de acercarse para preguntarle porque lloraba, el cocodrilo los devoró uno tras otro.
Pero lo que no contaba el cocodrilo es que un patito, se escondió y cuando el cocodrilo lo atrapó le colocó un palo en el hocico, dejándolo con la boca abierta, pudiendo de esta manera ayudar que los demás patitos pudieran escaparan del interior del reptil.
- ¡Bien merecido se lo tenía este malvado cocodrilo!.Dijeron los pajaritos.
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Moraleja de la fábula del cocodrilo mentiroso:
Esta fábula nos enseña que antes de realizar alguna buena acción debemos saber a quién vamos a brindar nuestra ayuda. Muchas personas malas estafan y se aprovechan de las personas de buen corazón que quieren ayudarles. Seamos precavidos con las personas que no conocemos para evitar que nos sorprendan aparentando una necesidad. Lágrimas de cocodrilo, se burlan con sigilo.
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Los caminantes
Dos caminantes marchaban muy alegres hacía su trabajo, cuando de pronto uno de ellos halló un bolso de dinero.
- ¡Qué buena suerte hemos tenido! , exclamó su compañero.
- ¿Hemos? - Sólo yo soy el afortunado, porque yo lo encontré.
Con semejante advertencia el otro amigo se quedó en silencio y comprendió que estaba fuera del hallazgo. Así que de nuevo siguieron caminando por el camino, cuando de pronto vieron no muy lejos a un trío de ladrones.
- ¡Oh no! estamos perdidos - gritó el afortunado caminante que había encontrado el bolso de monedas al presentir la desgraciada suerte que les esperaba.
-¿Perdidos? - repuso con sorna el amigo.
- Solo tú estás perdido, ya que nadie más que tu ha hecho el gran hallazgo - Respondió el otro amigo.
En efecto, los ladrones se les acercaron a los dos y uno a uno fueron revisados y al hallar al dueño del hallazgo le quitaron todo el dinero no sin antes dejando malherido de una paliza.
Moraleja de la fábula los caminantes:
Muchas veces cuando trabajamos en equipo no falta la persona que espera ser la única reconocida. Si trabajamos en grupo todos los logros deben ser compartidos entre todos sin distinción. No sólo las cosas buenas deben ser compartidas si no también las errores que tengamos para su rápida solución. Recuerda que de los errores uno aprende. Quien sólo saborea la miel, sólo probará la hiel.
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La viuda y su oveja
En un pueblo lejano una Viuda tan pobre tenía una única oveja, la cual decidió que era hora de esquilarla y deseando contar con su lana de la manera más económica posible, decidió esquilarla ella misma.
La viuda usaba las tijeras de muy mala forma, que junto con la lana que cortaba, le hacia mucho daño a la pobre oveja, es entonces que la querida oveja tan molesta y con mucho dolor le dijo:
- ¿Por qué me maltratas así señora?- ¿En qué te puede ayudar en añadir mi sangre a la lana? –
- Si tú quieres mi carne, puedes llamar al carnicero quien me matará al instante para ya no sufrir mucho, pero si deseas mi lana, tienes al esquilador, quien quitará toda mi lana sin hacerme daño -
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Moraleja de la fábula La viuda y su oveja
Uno no debe realizar un trabajo si no sabes cómo hacerlo. Si es un trabajo que requiere de un profesional que sabe cómo realizarlo págale para evitar que malogres la obra que piensas hacer. Esta fábula nos recomienda dejar en manos de profesionales que conocen la tarea u ocupación para así evitar que lo hagamos mal.
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Los dos cangrejos
Un día un Cangrejo tenía un hijo que andaba de costado ya que tenía sus piernas torcidas. El papá cangrejo, siempre hacia lo posible para que su hijo corrija su defecto.
Pero un día el papá cangrejo mientras salían juntos de paseo con su hijo, le dijo:
-Hijo mío, no roces tu cuerpo contra las piedras mojadas. ¿No crees que sería mejor que eches tu cuerpo hacia delante?-
El Cangrejito le respondió:
-Padre mío, yo no hago nada más de lo que tú haces. Si tu andas de la misma manera, ¿Cómo quieres que yo me corrija?-
Y tras mirar a su papá nuevamente, el Cangrejito agregó:
-¿Sabes Padre?, creo que usted debe corregir su caminar primero, para yo seguir tu ejemplo. Si quieres que camine derecho, hazlo tú antes, para que yo pueda imitarlo.
Moraleja de la fábula Los dos cangrejos
No vale criticar o fijarnos en los defectos de otras personas, cuando nosotros no corregimos nuestros propios defectos. Toda buena acción que realicemos será ejemplo para que lo realicen otras personas. No darnos cuenta a tiempo de nuestros defectos o errores puede servir de ejemplo equivocado para que las personas que nos rodean lo tomen como algo correcto.
El Ejemplo
Este tipo de textos es una variante de los cuentos tradicionales que pertenece a la tradición occidental.
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A continuación, leeremos un relato que pertenece a este género. Para ello deberás seleccionar uno dentro del siguiente enlace:
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-conde-lucanor--0/html/
Previo a eso, busca quién fue el infante Don Juan Manuel y quién es "El conde Lucanor".
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¿Quién fue Don Juan Manuel?
Don Juan Manuel era un miembro de casa real y también un escritor de lengua castellana. Fue uno de los principales representantes de la prosa medieval de ficción, gracias a su conjunto de cuentos en su a su obra "El conde Lucanor", el cual mezcla con varias literaturas de diferentes modalidades .
¿Quién es "El conde Lucanor"?
Es una obra narrativa de la literatura castellana medieval escrita entre 1330 y 1335 por Don Juan Manuel. Su título completo y original en castellano medieval es Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor et de Patronio.
Lee con atención el relato que seleccionaste, indica cuál es el título del cuento elegido.
El título de dicho cuento es: "Lo que, al morirse, dijo un genovés a su alma"
Identifica cómo se plantea en el cuento la estructura enmarcada.
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Un día hablaba el Conde Lucanor con su consejero Patronio y le contaba lo siguiente:
-Patronio, gracias a Dios yo tengo mis tierras bien cultivadas y pacificadas, así como todo lo que preciso según mi estado y, por suerte, quizás más, según dicen mis iguales y vecinos, algunos de los cuales me aconsejan que inicie una empresa de cierto riesgo. Pero aunque yo siento grandes deseos de hacerlo, por la confianza que tengo en vos no la he querido comenzar hasta hablaros, para que me aconsejéis lo que deba hacer en este asunto.
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-Señor Conde Lucanor -dijo Patronio-, para que hagáis lo más conveniente, me gustaría mucho contaros lo que le sucedió a un genovés.
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El conde le pidió que así lo hiciera.
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Patronio comenzó:
-Señor Conde Lucanor, había un genovés muy rico y muy afortunado, en opinión de sus vecinos. Este genovés enfermó gravemente y, notando que se moría, reunió a parientes y amigos y, cuando estos llegaron, mandó llamar a su mujer y a sus hijos; se sentó en una sala muy hermosa desde donde se veía el mar y la costa; hizo traer sus joyas y riquezas y, cuando las tuvo cerca, comenzó a hablar en broma con su alma:
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»-Alma, bien veo que quieres abandonarme y no sé por qué, pues si buscas mujer e hijos, aquí tienes unos tan maravillosos que podrás sentirte satisfecha; si buscas parientes y amigos, también aquí tienes muchos y muy distinguidos; si buscas plata, oro, piedras preciosas, joyas, tapices, mercancías para traficar, aquí tienes tal cantidad que nunca ambicionarás más; si quieres naves y galeras que te produzcan riqueza y aumenten tu honra, ahí están, en el puerto que se ve desde esta sala; si buscas tierras y huertas fértiles, que también sean frescas y deleitosas, están bajo estas ventanas; si quieres caballos y mulas, y aves y perros para la caza y para tu diversión, y hasta juglares para que te acompañen y distraigan; si buscas casa suntuosa, bien equipada con camas y estrados y cuantas cosas son necesarias, de todo esto no te falta nada. Y pues no te das por satisfecha con tantos bienes ni quieres gozar de ellos, es evidente que no los deseas. Si prefieres ir en busca de lo desconocido, vete con la ira de Dios, que será muy necio quien se aflija por el mal que te venga.
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»Y vos, señor Conde Lucanor, pues gracias a Dios estáis en paz, con bien y con honra, pienso que no será de buen juicio arriesgar todo lo que ahora poseéis para iniciar la empresa que os aconsejan, pues quizás esos consejeros os lo dicen porque saben que, una vez metido en ese asunto, por fuerza habréis de hacer lo que ellos quieran y seguir su voluntad, mientras que ahora que estáis en paz, siguen ellos la vuestra. Y quizás piensan que de este modo podrán medrar ellos, lo que no conseguirían mientras vos viváis en paz, y os sucedería lo que al genovés con su alma; por eso prefiero aconsejaros que, mientras podáis vivir con tranquilidad y sosiego, sin que os falte nada, no os metáis en una empresa donde tengáis que arriesgarlo todo.
Al conde le agradó mucho este consejo que le dio Patronio, obró según él y obtuvo muy buenos resultados.
Y cuando don Juan oyó este cuento, lo consideró bueno, pero no quiso hacer otra vez versos, sino que lo terminó con este refrán muy extendido entre las viejas de Castilla:
"El que esté bien sentado, no se levante."
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Realiza una síntesis del relato enmarcado.
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El relato enmarcado habla sobre un hombre de mucho poder, el cual se enfermó gravemente. Un día reunió a todos tus tesoros preciados y le habló en broma a su alma para que no se fuera haciéndole de referencia que todo lo que podía buscar se encontraba allí.
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Indica si hay una moraleja o enseñanza que procure dejar el relato, explica cuál es esa enseñanza.
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La moraleja que hay es:
"El que esté bien sentado, no se levante."
Lo cual quiere decir que si tu estas en una situación estable, no te expongas a perder por algo que no es tangible.
Historia de Dos que soñaron
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¿Quién narra la historia?
La historia no determina un narrador, ya que no se demuestra quien la narra.
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El cuento habla de dos personajes, dos espacios, dos tiempos, dos sueños, extrae la información acerca de ellos y organízalos en un cuadro comparativo.
Dos personajes:
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Mohamed El Magrebí
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El Capitan
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Dos tiempos:
Pasado y el presente
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Dos sueños:
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en el sueño un hombre empapado que se sacó de la boca una moneda de oro
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sueño del capitán
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Dos espacios:
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El Cairo
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Isfaján
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¿Hay alguna enseñanza o moraleja? ¿Cuál?
La enseñanza que nos deja es que en la vida no se debe ser egoísta, porque no sabemos las vueltas de la vida.

